19 May 2020

LA CONSTRUCCIÓN FRÁGIL



Existe cerca de casa una vivienda humilde de dos plantas. La fachada se retira de la acera dos o tres metros generando voluntariamente un breve jardín de entrada. Desde su composición simétrica, un pequeño pórtico clásico configura el umbral de acceso custodiado por dos columnas, en realidad bajantes de fibrocemento blanqueadas. “El papel del diseño es ajustarse a las circunstancias”, precisaba Louis Kahn. El elemento retórico, aunque innecesario, es consustancial a la historia de la arquitectura culta o popular: la arquitectura es una construcción con retórica. Se trata aquí, sin embargo, de un ejercicio de autoconstrucción sin pretensiones, casi un ready-made, ingenio oportuno y antiguo para la clase humilde. Como cuando los campesinos noruegos pintaban de rojo sus casas de madera para simular el ladrillo de los palacios urbanos. La arquitectura y sus simulaciones.   

Interesa la fragilidad de esta imprecisa colección de manufacturas -consideradas menores- que a menudo habitan en la periferia de las grandes ciudades, a veces solitarias y algo desvencijadas en el paisaje. Interesan los “galpones de madera de las haciendas ovejeras de la Patagonia Chilena”, tablas sagradas para Smiljan Radić (1); a veces prototipos experimentales en urbanizaciones lejanas, como las casas de algodón de Albert Frei, destinadas a la producción de la vivienda en masa pero concebidas desde el imaginario de la madera y la lona en la construcción de canoas (2); a veces naves formando parte de la gramática industrial periurbana, como el Fair & Exhibition Hall de Lacaton & Vassal en Paris Nord Villepinte, que participa del lenguaje del hangar o el centro logístico; otras como el Centro de Gestión de Residuos en la periferia norte de Bruselas, obra del estudio belga Bovenbouw, con su reconocible y singular capitel – neumático reciclado (3). Todas ellas arquitecturas “blandas” en palabras de Peter Cook, arquitecturas circunstanciales, ligeras, inmediatas, abiertas, arquitecturas en cualquier caso sin profundidad histórica. En la periferia escasean las ruinas (4).

La periferia decíamos es distancia (5), ausencia de centralidad, pero también ausencia de peso material y peso histórico: una identidad construida desde la silenciosa vocación de lo pasajero.  En honor a la fugacidad han trabajado artistas como Andy Goldsworthy, siempre desde la atención al proceso -a la transformación de la serie- frente a la gran “obra”. En la fragilidad de lo efímero subyace una propuesta de colapso. La planta de gestión de residuos del estudio Bowenbow propone una arquitectura con fecha de caducidad, una duración limitada si no a la propia desaparición de los residuos, si al menos a la profunda revisión de su actual impacto. La presencia del viejo neumático en el capitel, el vacío en el lugar del elemento refuerzo y transmisor de cargas por excelencia, explicaría una nueva forma de ingravidez en relación a lo fugaz, una suerte de doble fragilidad espacio-temporal.

Decía Frank Lloyd Wright que en arquitectura todo gira demasiado deprisa salvo el centro, que permanece inmutable. Y no podemos dejar de pensar en los innumerables giros de ese neumático gastado por el uso, la rueda reconvertida en capitel imposible. Tal vez en arquitectura lo inmutable -la única certeza- no sea más que la evidencia del cambio, la constatación de que nada permanece, como nosotros. Eso y el simulacro. Es precisamente en esa pequeña ventana de oportunidad que sucede la retórica de la reutilización de recursos; la apariencia en la economía de medios; la simulación de la sistematización de elementos; la impostura de la lógica del desmontaje; la ficción del sistema; el accidente en el catálogo; la incesante subjetividad de lo pretendidamente objetivo.

La dialéctica hegeliana de la periferia y sus construcciones frágiles.

NOTAS

(1) Smiljan Radić, Cada tanto aparece un perro que habla y otros ensayos, Barcelona, Puente Editores, 2018, pág. 131.
(2) Ver “Modernidad y Bricolaje”, MADC.
(3) El proyecto es en realidad una cubierta ligera sobre pilares de hormigón utilizando como articulación un neumático reutilizado: el propio edificio es muestra de reciclaje desde una retórica ambiental que desafía la ortodoxia de cualquier honestidad estructural.
(4) Decíamos que la periferia es fundamentalmente distancia, lejanía, pero también ausencia de peso. Bien lo sabían los arquitectos suecos, que utilizaron ladrillo oscuro y recocido en la construcción de iglesias suburbanas: ruinas “nuevas” para ciudades dormitorio. Ver “Suecia: las últimas iglesias”, Henrietta Palmer, en DPA26, Nórdicos.
(5) Ver “Desde la periferia”, MADC.

Imagen: Bovenbouw Architectuur. Container Park for the Canal Zone in Brussels. Column Detail.

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