Sobre lo urbano (1).
Cuando un mural aparece sobre una medianera o una
fachada nos encontramos, casi siempre, ante el síntoma de algo. Nunca es casual.
¿Por qué aquí? ¿Por qué no en el edificio de enfrente, en este o en aquel? Hace
tiempo reflexionamos sobre esta lectura del mural como marcador preciso, como
señal de fragilidad, como identificador de un asunto pendiente en un lugar (2).
¿Existe en este particular entorno una fisura anticipatoria para este o
cualquier otro mural? La obra de Fisac et al se encuentra situada en un
polígono segregado de la ciudad en el que se concentran varios equipamientos
entre las autovías A-42 y M-406, presentando difícil acceso peatonal, ausencia
de vida urbana y sensación de inseguridad: la periferia de la periferia (3). Para
un edificio -más aún si se trata de patrimonio moderno- la posibilidad de
recibir un mural es creciente y directamente proporcional a la peor
planificación, menor vida de barrio, crítica calidad del espacio público e
insuficiencia en el mantenimiento. Indicadores de riesgo.
Sobre la función del arte.
Digámoslo pronto: la iniciativa municipal ha sido un
éxito. Se ensaya aquí, como en tantos otros lugares, el maquillaje de una zona
gris y desestructurada de la forma más rápida y económica que se conoce: la
cosmética. El encargo no trata de una obra integral o volumétrica sobre el
edificio: no estamos ante una intervención reversible de Christo & Jeanne
Claude. En realidad, la intervención artística aquí es lo de menos, de hecho,
el mural solo afecta a las fachadas Noreste y Sureste, las más visibles e instagrameables,
permaneciendo intactas las otras dos (4). Frente al popular espíritu partisano
y transgresor del arte ante lo establecido, frente a la actitud God Save The
Queen en el origen de los murales urbanos, encontramos aquí una práctica dirigida y conveniente para la administración local. Sobre los
almohadillados de hormigón se puede leer ahora la palabra empatía, según
la RAE, “sentimiento de identificación con algo o alguien”. Tal vez la
verdadera empatía comience aquí -en Getafe- desde la reivindicación de mejoras
urbanas, la creación de zonas verdes o el impulso de la vivienda asequible (5).
Sobre la gestión del patrimonio moderno.
El colectivo de los arquitectos y urbanistas debemos
hacer una reflexión crítica sobre los mecanismos de los se disponen para
prevenir este tipo de intervenciones de promoción pública (6). En primer lugar,
se debe comunicar a tiempo y mejor el esfuerzo técnico e
intelectual, el valor público y privado que aporta una obra de arquitectura para
la ciudad y a la ciudadanía; en este caso, se debería añadir además la variable
genealógica en la obra de Miguel Fisac, al formar parte el polideportivo de
Getafe de una extraordinaria familia de piezas de hormigón diseñadas por el
maestro manchego a lo largo de su dilatada carrera profesional (7). En segundo
lugar, se debe gestionar adecuadamente la protección. Si en verdad existe un
inmueble, una plaza o un jardín cuyo valor merece su catalogación patrimonial, se
deben activar a tiempo mecanismos concisos, consistentes y consensuados que
hagan posible esa protección. En el caso del patrimonio moderno, ¿están
funcionando figuras como los BIC, las comisiones de patrimonio municipales o
los catálogos de edificios protegidos y conjuntos urbanos? En caso afirmativo,
no se explica aquí lo sucedido. En tercer lugar, se debe incentivar a tiempo, desde
las escuelas de arquitectura y urbanismo, una mayor atención desde la
arquitectura hacia el espacio público y viceversa (8). En palabras de Pier
Vittorio Aureli: “la arquitectura debe abordar la ciudad, incluso cuando la
ciudad no tiene una meta para la arquitectura, pues, en última instancia, la
ciudad es el último objeto y método para la investigación arquitectónica” (9).
Digámoslo con claridad: las murallas de hormigón no generan empatía.
Sobre la empatía.
En contra de la intención original del
ayuntamiento de Getafe, el mural ha cumplido aquí, paradójicamente, otra
misión, dando a conocer a los vecinos la figura y la obra de Miguel Fisac, señalando
un problema urbano anterior y de fondo e incluso, como a continuación, apuntando
algunas ideas en clave empática: devolver la piel original al edificio, recuperar
el carácter integral y unitario de la obra, y generar una propuesta urbana que conecte,
revitalice y ponga en valor esta zona para, con y desde la ciudadanía. Y es
que, en ocasiones, la empatía implica ciertos grados de restitución; casi
nunca es compatible con la falta de estima. Responsables municipales: gestionen
su patrimonio moderno desde el conocimiento, el cariño y el respeto que se
merece (10). ¿Se imaginan al Ayuntamiento de Madrid encargando un mural irreversible
sobre, por ejemplo, la Caja Mágica? ¿Y en el caso de Berlín, sobre la cubierta
de su fantástico velódromo? La ciudad es un organismo complejo y
multidimensional, nos incluye a todos e integra y conecta por definición las
partes diversas que la componen. Todo es ciudad: incluso la arquitectura. Necesitamos
abordar acciones de verdadera regeneración urbana. No nos conformamos con la
periferia de la empatía.
NOTAS
(1) Hace
algunos meses, el Polideportivo Municipal Alhóndiga – Sector III en Getafe
(Madrid), obra de Miguel Fisac, Sara González, Blanca Aleixandre, Fernando
Sánchez-Mora y Leonardo Oro, recibió gran atención mediática por su inesperada
renovación, impulsada desde el ayuntamiento de la localidad. He de confesar un
especial cariño a este edificio, en primer lugar, porque se encuentra
relativamente cerca de mi casa y, en segundo lugar, porque pude acompañar al
propio Fisac durante alguna visita de obra allá por el año 2003.
(2) Desarrollamos
esta idea en el artículo “Retrato de una medianera”, precisamente
sobre otra obra de Boa Mistura en la misma localidad, por cierto, ahora
desaparecida y recuperado el blanco original del muro. Reflexionábamos entonces
sobre el valor e interés de estos murales, su función como una marca del
entorno en sí mismo. Leer texto completo aquí: http://madc-texts.blogspot.com/2020/01/retrato-de-una-medianera.html#more
(3) Límite Oeste del municipio. Ver
PGOU Getafe (2002), plano O-582.3-1.11 Ordenación de Suelo Urbano, diciembre
2002 >> https://sede.getafe.es/portalGetafe/sede/RecursosWeb/DOCUMENTOS/1/0_5444_1.pdf
(4) Se comprueba la falta de
mantenimiento de las fachadas originales, encontrando manchas y chorreones en
los paneles originales de hormigón, otro de los grandes males que padecen
muchos edificios públicos y que, finalmente, justifican revisiones superficiales
de naturaleza diversa e inclasificable.
(5) Como un presentimiento, la lectura de la palabra
“Empatía” se hace verdaderamente difícil ante la repetición de las letras, la
superposición de las mismas en varios colores, y por encontrarse la palabra
dividida en ángulo recto sobre dos fachadas distintas. La empatía se resiste.
(6) El caso que nos ocupa no es un acto de vandalismo:
surge por iniciativa del propietario legal, en este caso el Ayuntamiento de
Getafe, y en un escenario concreto de edificio no protegido ni catalogado.
(7) Tal vez los Colegios de Arquitectos debieran
ser, posiblemente, la figura más cercana a los municipios, aunque no la única, al
tratarse de instituciones de orden autonómico o provincial. Es por ello que la comunicación
con los municipios debe ser constante y pedagógica. La labor del Servicio
Histórico, Patrimonio, o la Oficina de Concursos, entre otros departamentos, debe
recuperar el diálogo permanente y propositivo con los ayuntamientos.
(8) En su último libro, “La ciudad de
los cuidados” (Madrid, Catarata, 2020), la arquitecta Izaskun Chinchilla habla
sobre la permeabilidad de los edificios en el espacio público. En concreto,
cita el concepto de calles constituidas como aquellas que tienen
“numerosas entradas y salidas desde las edificaciones colindantes y abundantes
ventanas”, pág. 48. Lamentablemente no es el caso del entorno del
polideportivo, más cercano al polígono que al barrio.
(9) La posibilidad de una arquitectura
absoluta, Pier Vittorio Aureli, Barcelona, Puente Editores, 2019, Pág. 56.
(10) La arquitectura es una parte
fundamental de la cultura. Las peticiones y escritos para devolver el edificio
a su estado original han surgido desde publicaciones de carácter cultural como Icon Design, NEO2 o Revista AD, artículos
periodísticos en El País, Ethic o El Diario.es, noticias
en canales de TV como Telemadrid, revistas
especializadas como Arquitectura Viva, así
como desde declaraciones de las instituciones propias de la arquitectura CSCAE,
COAM, Fundación Fisac, etc. Es de sabios reconocer los errores. Lamentablemente,
el pleno del Ayuntamiento de Getafe celebrado el 28 de octubre de 2020, rechazó
revertir la intervención esgrimiendo argumentos jurídicos. Ver noticia aquí: https://elpais.com/espana/madrid/2020-10-28/getafe-rechaza-limpiar-el-edificio-de-fisac-porque-no-es-singular.html
Imagen de Boa Mistura vía Timeout.
Artículo publicado originalmente (en versión reducida) aquí.
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