A lo largo de la historia el
hombre ha construido sobre un porcentaje cada vez mayor del planeta. La
preocupación por la preservación de un territorio natural es algo relativamente
reciente y de hecho, los primeros espacios protegidos datan de finales del
S.XIX (1). Por eso llama poderosamente la atención el temprano compromiso con
la naturaleza de un joven jardinero, hijo de un agricultor de Bedfordshire,
convertido después quizá en el más importante constructor de invernaderos de la historia: Joseph
Paxton.
Para Alejandro de la Sota “la
naturaleza significa libertad” (3); para Sou Fujimoto “la arquitectura como
bosque es una imagen ideal de arquitectura” (4). Tal vez ambos tengan razón y
la naturaleza sea la forma más perfecta de cualquier arquitectura. Si pensamos
en proyectos como la Casa Jardín en Tochigi, la arquitectura se convierte en un
muro habitado que rodea una parte del bosque y el río existentes
convirtiéndolos en jardín, un jardín no proyectado, pre-existente; la
no-intervención humana conecta de una manera más profunda la arquitectura con
el lugar, el tiempo y el bosque. La arquitectura ocupa la naturaleza pero al
mismo tiempo puede establecerse como su contenedor: la arquitectura se ocupa de la naturaleza (5). Frente al
gesto corbuseriano de recuperación verde en la cubierta-jardín, la arquitectura como envoltorio del Árbol primero, la
arquitectura mínima que habilita y legitima la naturaleza máxima. Arquitectura
y naturaleza, hombre y Árbol anterior (6).
NOTAS
(1) El primer espacio natural
protegido por el hombre fue Yellowstone, EEUU 1872; en España, La Montaña de
Covadonga y Ordesa, ambos en 1918. Llama la atención esta primera reserva de la
naturaleza a iniciativa de la nobleza y cómo los actores que han actuado en su
defensa han ido cambiando a lo largo de los tiempos hasta llegar al discurso medioambiental
actual, homogéneo, legitimado por prácticamente todo el mundo global y, aún
así, descafeinado.
(2) El edificio, inaugurado el 1
de mayo de 1851, albergaría una representación de los avances de la industria
de todas las naciones, estimando un total de cien mil muestras. Los datos aquí recogidos
proceden del libro La Ingeniería es Humana, Henry Petroski, Madrid, Cinter
2007, capítulo 12 “Interludio: La historia del éxito del Palacio de Cristal”,
págs. 183-210.
(3) Alejandro de la Sota “Arquitectura y Naturaleza”, conferencia
pronunciada en el curso de Jardinería y Paisaje, ETSAM 1956.
(4) Sou Fujimoto, “Futuro
primitivo”, El Croquis 151, Sou Fujimoto 2003-2010, “El sentido del Bosque”,
pág.201.
(5) Ocupar significa invadir o
instalarse sobre un lugar o territorio, pero también poner consideración en un
asunto, asumir responsabilidad sobre él. Diccionario de la Lengua Española,
RAE. En ambos sentidos podemos decir que la naturaleza también se ocupa de la arquitectura.
(6) Algunos árboles pueden vivir
miles de años; se considera el árbol vivo más antiguo del mundo a una pícea de 9.550 años de antigüedad
encontrada en Dalarna, Suecia.
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