25 May 2015

PREGUNTAS SOBRE EL ESPACIO


El espacio es la distancia entre dos cuerpos. El diccionario siempre tan concluyente (1). He aquí la definición exacta, acotada y aparentemente objetiva de un contumaz incontable, contenedor de todo lo que existe: el espacio, distancia entre dos cuerpos. El aspecto inofensivo de esta precisión geométrica sobre el espacio, en realidad limita la condición espacial a la constelación de relaciones entre sus elementos marginales: el suelo y la mesa, el árbol y la ventana, el puente y el avión...fronteras sin las cuales, y ésta es la cuestión, el espacio no existiría. 

18 May 2015

EL ESPACIO DE LOS ESPEJOS


Los espejos funcionan como las pupilas de un espacio intra-muros, una habitación outdoor desde la que nos observan. En ocasiones conservan incluso algunos recuerdos de nuestras vidas, como los espejos porosos y polvorientos de las casas viejas, que parecen examinarnos desde los sombreros y trajes a rayas de nuestros antepasados (1). También los espejos nos cuidan, nos acogen, nos reconfortan, como parte indisoluble del universo doméstico, nos responden. En este sentido Luis García Montero hace distinciones claras: "No importa si has dormido poco o mucho, / los espejos de hotel nunca perdonan / y son como animales de montaña / que no aceptan el trato de los hombres. / La luz de los espejos familiares / se apiada de nosotros, sin embargo, / nos ayuda a fingir, y por afecto / o por costumbre llega a perdonarnos" (2).

11 May 2015

LA SIMETRÍA SE RESISTE


El lenguaje de Mies se articula desde el orden estructural: toda su gramática y su vocabulario giran en torno al armazón resistente que ha de configurar el marco de la vida. Para bien o para mal, el ascetismo técnico de la retícula lo ocupa todo, reduciendo a un segundo plano cualquier elemento ajeno a la férrea disciplina de la abstracción geométrica. Incluida la naturaleza. Incluido el hombre. 

4 May 2015

ALTERACIÓN EUCLIDIANA


A diario recorremos calles, pasajes, parques o plazoletas: itinerarios cotidianos. En la ciudad nuestros pasos se ordenan en circulaciones racionales, puentes, apeaderos, aceras, pasos de cebra, líneas calibradas sobre las que nos movemos por inercia, como si la geometría del camino fuese parte indisoluble de "nuestro terrible ser rectilíneo" (1): la geometría como el verdadero lenguaje de lo humano. Otros lugares, sin embargo, nos obligan a deambular, trazar sinuosas andaduras entre sus pliegues topográficos sin señales ni marcas: mapas en blanco para lo que aún queda en nosotros de seres vacilantes, erráticos, primitivos y no obstante fascinantes como la mirada de un animal desconocido.