Existe cerca de casa una vivienda humilde de dos plantas. La fachada se
retira de la acera dos o tres metros generando voluntariamente un breve jardín de entrada. Desde su composición simétrica, un pequeño pórtico clásico configura
el umbral de acceso custodiado por dos columnas, en realidad bajantes de
fibrocemento blanqueadas. “El papel del diseño es ajustarse a las
circunstancias”, precisaba Louis Kahn. El elemento retórico, aunque innecesario,
es consustancial a la historia de la arquitectura culta o popular: la
arquitectura es una construcción con retórica. Se trata aquí, sin embargo, de
un ejercicio de autoconstrucción sin pretensiones, casi un ready-made, ingenio
oportuno y antiguo para la clase humilde. Como cuando los campesinos noruegos pintaban
de rojo sus casas de madera para simular el ladrillo de los palacios urbanos.
La arquitectura y sus simulaciones.