EL TRIUNFO DE LA CIUDAD

La explicación de una propuesta urbana o arquitectónica desde la perspectiva resulta poco frecuente, diríamos incluso inapropiada en nuestros días (1). Tal vez la asociación de esta palabra con la frontalidad renacentista, el triunfo de la fachada frente al volumen en la perspectiva clásica de la ciudad, haya estigmatizado de alguna manera la observación espacial como herramienta de proyecto. Bruno Zevi defiende como el tercer invariante del lenguaje moderno de la arquitectura, la tridimensionalidad, antítesis del encuadre central que reduce los edificios a simples planos sin apenas profundidad: la Ferrara de Biagio Rossetti frente al París del barón Haussmann.

El edificio de viviendas en la calle Roig de Barcelona, proyectado por Josep Llinás, constituye sin duda uno de los proyectos más interesantes que hemos podido visitar desde el punto de vista de la construcción de la perspectiva (2). El quiebro de la fachada abriéndose como un embudo sobre la calle del Carme, facilita la integración de la intensa vida comercial de ésta, al tiempo que habilita la comunicación visual con la paralela calle del Hospital. Por otra parte, la ordenación del programa de viviendas en tres volúmenes girados y retranqueados, permite iluminar la calle Roig, de apenas cuatro metros de anchura, respetando al mismo tiempo los patios y servidumbres de las medianeras. La arquitectura mejora siempre la ciudad.

En la foto se anticipan ya los valores de la propuesta. Al fondo un camión Pegaso apenas encuentra espacio para llegar a la obra; detrás, la perspectiva oculta la cercana calle del Hospital, escondida entre las filas de unos balcones que parecieran llegar a fundirse en un abrazo urbano y fraternal. En primer plano, la vida de la calle Carme aparece fugazmente en la imagen del bar, la señora con su carrito para la compra o la rueda trasera de una motocicleta, aparcada gracias a la mayor anchura del acerado. El solar -difícil- definido lateralmente por medianeras de cinco plantas, muestra la estructura en construcción y el arranque de los pilares en la planta baja. Por suerte, la esquina se piensa liberada y en lugar del inoportuno pilar que hubiese arruinado la nueva perspectiva, encontramos felizmente el vacío sobre un humilde chapón que -a modo de rampa provisional- permite el acceso de materiales a la propia obra. "El vacío capaz, el espacio -siempre- público: ese espacio-tiempo donde crece lo alegre histórico" (3). Buenas perspectivas o el vacío como alegre triunfo de la ciudad.

NOTAS

(1) Recuerdo hace años a Carme Pinós explicando su proyecto en la Plaza de la Gardunya precisamente desde la perspectiva. El espacio público surgiría allí desde la observación lenta del lugar, los flujos de la gente, la luz, la vida contenida en la complejidad aditiva de la plaza, los pasajes, la estrechez de las calles o el mercado de la Boquería. Conferencia en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, 9 de abril 2010, organizaba la Universidad Camilo José Cela.
(2) Edifici d'habitatges a Ciutat Vella, Josep Llinàs, 1992-95.

(3) Antonio Miranda, "Un canon de arquitectura moderna. 1900-2000", Madrid, Cátedra, 2005, capítulo 11, La arquitectura se reinventa y mejora a diario, pág. 44.

Foto: Jordi Bernardo, Quaderns 203, pág. 74.