La explicación de
una propuesta urbana o arquitectónica desde la perspectiva resulta poco frecuente, diríamos incluso inapropiada en nuestros
días (1). Tal vez la asociación de esta palabra con la frontalidad
renacentista, el triunfo de la fachada frente al volumen en la perspectiva
clásica de la ciudad, haya estigmatizado de alguna manera la observación
espacial como herramienta de proyecto. Bruno Zevi defiende como el tercer
invariante del lenguaje moderno de la arquitectura, la tridimensionalidad,
antítesis del encuadre central que reduce los edificios a simples
planos sin apenas profundidad: la Ferrara de Biagio Rossetti frente al París del barón Haussmann.
24 November 2015
17 November 2015
ASIMETRÍA E INGRAVIDEZ
"Tal vez toda la historia de la arquitectura podría leerse en clave de neurosis de la simetría. Indudablemente nos referimos a la europea" (1). Con estas palabras aborda Bruno Zevi la segunda de sus invariantes o elementos fundamentales del lenguaje moderno de la arquitectura: la asimetría. Al igual que con la anterior y primera, el catálogo, Zevi transforma un elemento disciplinar propio en realidad de todos los tiempos, en un fetiche clasicista ligado a la trivialidad del poder y su monumentalidad edulcorada: "Simetría = despilfarro económico + cinismo intelectual" (2). Veamos.
10 November 2015
LA METODOLOGÍA DEL CATÁLOGO
Bruno Zevi define el catálogo como la primera de las siete invariantes que -a su juicio- establecen los principios elementales del lenguaje moderno de la arquitectura, una réplica tardía a lo establecido por John Summerson en "El lenguaje clásico de la arquitectura" (1). Resumiendo en exceso, podríamos decir que Zevi apuesta por la diversidad y especificidad de espacios y elementos arquitectónicos frente a una supuesta homogeneidad de los órdenes clásicos, estableciendo el principio genético del lenguaje moderno, un asunto de orden disciplinar elevado aquí a categoría ética: "Fuera del proceso del catálogo, no existe arquitectura. Lo demás es fraude, clasicista o pseudomoderno: un crimen para hablar con un lenguaje apropiado" (2).
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SANAA
3 November 2015
LA ARQUITECTURA ES INÚTIL
Una primera necesidad nos obliga a ponerlo por escrito: la arquitectura es inútil. Una vez superado el desconcierto inicial, la afirmación nos asalta retorciendo el brazo de una de nuestras convicciones más profundas, la utilitas vitrubiana (y con ella sus dos atónitas compañeras de viaje). Livio Vacchini nos invita a recorrer este camino pedregoso al escribir sobre el monumento, en concreto Stonehenge, un espacio circular sin cobertura ni utilidad alguna mensurable -ni censurable- por cualquier técnico municipal con independencia de su desconfianza: "la arquitectura es algo más inútil de lo que comúnmente se piensa" (1). Veamos.
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