Según Le Corbusier "pensar con la razón paraliza el mundo" (1). Precisamente con estas palabras finalizaba su libro tercero, "La Maison des hommes", junto al conocido dibujo de la figura mitad sol, mitad medusa: la vocación siamesa de razón e intuición. Sin embargo, no resulta fácil ni obvio operar desde este aparente oximorón, más al contrario, se naufraga con frecuencia en la obstinada posición pre-determinada del perito y su lógica excluyente o el virtuoso y su genialidad embaucadora. Ni robot ni bufón. Sobran las citas.
En la imagen observamos el banco que Lewerentz diseñara para la Iglesia de San Pedro en Klippan. El ejercicio de calco y por lo tanto nueva inscripción de todos y cada uno de los ladrillos que lo componen, revela el respeto absoluto por cada una de las piezas cerámicas, su integridad, la voluntaria sumisión de Lewerentz ante las limitaciones de un módulo nunca divisible: la altura de un pie y medio resulta confortable para el asiento (2). Al mismo tiempo, la posición de cada pieza flotando en el magma de mortero parece construir una geografía rocosa, un acantilado, una constelación de piezas desordenadas que por fortuna y no por cálculo o empleo alguno de la razón material o geométrica, permitieran el asiento a un ser humano: un fundamento conquistado como rocas sobre las que descansar junto al océano.
Pensar con la razón paraliza el mundo. Sin duda este humilde pero irrepetible banco se encuentra más allá de la lógica y sus limitaciones, también más allá de la obra de arte y sus predicamentos. Difícil equidistancia. ¿Cómo aprender este arduo oficio del equilibrismo? Tal vez primero debamos desaprender, involucionar para expandir una razón en verdad muy limitada, reconstruir el pensamiento desde algo anterior más grande, algo capaz de conectar a los hombres de una manera más directa y afectiva con el mundo. "Todo pensamiento empieza por un poema" (3): George Steiner introduce la variable poética no como un posicionamiento previo o resultado casquivano, sino como el hecho mismo de la razón. La razón poética.
Cuando se hundieron las formas puras
bajo el cri cri de las margaritas,
comprendí que me habían asesinado.
Lorca y su manía de trascender lo razonable (4).
Cuando se hundieron las formas puras
bajo el cri cri de las margaritas,
comprendí que me habían asesinado.
Lorca y su manía de trascender lo razonable (4).
NOTAS
(1) Le Corbusier, "La Maison des hommes", avec François de Pierrefeu, Plon, Paris, 1942. Edición consultada, "La casa del hombre", Barcelona, Apóstrofe, 1999, pág. 220.
(2) En la imagen el banco de la Iglesia de San Pedro, Lewerentz, Klippan 1966. Croquis MADC. Dibujo original en O'Neil Ford Monograph 2: St. Petri Church, Center of American Architecture and Design, 2009, pág. 99.
(3) George Steiner cita al filósofo Alain en "La poesía del pensamiento. Del helenismo a Celán", Madrid, Siruela 2012.
(4) Federico García Lorca, "Fábula y rueda de los tres amigos", Poeta en Nueva York.
(3) George Steiner cita al filósofo Alain en "La poesía del pensamiento. Del helenismo a Celán", Madrid, Siruela 2012.
(4) Federico García Lorca, "Fábula y rueda de los tres amigos", Poeta en Nueva York.
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