13 April 2015

EL PROGRAMA INTANGIBLE


Decía Louis I. Kahn: "Programa es una palabra demasiado aburrida. Se trata de comprender la naturaleza de un conjunto de espacios donde es bueno hacer algo en concreto. Ahora bien, decís que algunos espacios deberían ser flexibles, pero también los hay que deberían ser completamente inflexibles. Deberían ser pura inspiración [...] Es algo parecido a una especie de cielo, una especie de entorno espacial, terriblemente importante para mí. Un edificio es un mundo dentro de otro mundo" (1). En otra ocasión Kahn va incluso un poco más allá: "El programa no es nada. El programa es un estorbo. Hay que rebelarse contra el programa" (2).

Interesa aquí la idea de espacio inflexible como lugar esencial, capaz de trascender cualquier programación funcional y al mismo tiempo convertirse en la razón de ser de un edificio. Pensemos la biblioteca Exeter (3) como por ejemplo, la vivienda palacio de un embajador, con la ceremoniosa escalera semicircular y simétrica de acceso, el vestíbulo para fiestas y recepciones, la galería perimetral de ladrillo como expresión segura del baluarte diplomático, o la vivienda principal del embajador sobre la cubierta jardín. En palabras de Louis I. Kahn, "si cambias un programa, liberas fuerzas maravillosas" (4). Pensemos ahora como divertimento otro programa cualquiera, como un centro de arte o un ayuntamiento, y no resultará difícil imaginar su adecuación. Sin embargo, ante cualquiera de estas improbables circunstancias, sería la luz difusa que habita en la densidad del vacío central la que habría de constituir su verdadero núcleo fundacional, el espacio inflexible: el mundo dentro de otro mundo.

La arquitectura liberada de su raíz programática se presenta como un sistema, una estructura, un orden capaz de estimular la existencia al margen de cualquier fatigoso listado de habitaciones: el hecho de habitar supera cualquier programa inmobiliario del mismo modo que el espacio biblioteca trasciende el conjunto de mesas y estanterías. Y así sucesivamente. La obra de arquitectura transforma la distribución del programa en estrategia de apropiación del espacio. La obra de arquitectura introduce valores sensibles como la significación del espacio, el discurrir de la luz o la graduación del silencio; la obra de arquitectura establece transiciones y umbrales, favorece el encuentro colectivo, alberga lo más profundo de lo íntimo. Unidades de ambiente, atmósferas, acontecimientos. La obra de arquitectura y su programa intangible.

NOTAS

(1) Louis I. Kahn, Conversaciones con estudiantes, Barcelona, Gustavi Gili, 2002, págs. 30-31.
(2) Louis I. Kahn, "New Frontiers in Architecture: CIAM in Oterlo 1959". Charla en la clausura del congreso de Otterlo. Tomado de Oscar Newman, New Frontiers in Architecture: CIAM in Oterlo 1959, Universe Books, Nueva York 1961. También publicado en Louis I. Kahn. Mi Arquitecto, Arquia Documental 3, pág. 31. 
(3) Biblioteca de la Phillips Exeter Academy, New Hampshire, EEUU, Louis I. Kahn 1965-72.
(4) Louis I. Kahn, Conversaciones con estudiantes, Barcelona, Gustavi Gili, 2002, pág. 58.

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