Eero Saarinen dedicó una muy pequeña
parte de su carrera al tema de la vivienda, de hecho, solo construyó dos. En
palabras de uno de los estudiosos más importantes de su obra, Antonio Román
Asensio: “el diseño de la casa unifamiliar simplemente no encajaba con el
ejercicio de la profesión tal y como lo entendía Saarinen” (1). A pesar de
este aparente desinterés por el tema, este arquitecto estadounidense de origen
finlandés realizó una de las declaraciones más sorprendentes que se conocen
sobre la casa, al afirmar -nada más y nada menos- que la casa NO es
arquitectura: “The house isn’t really architecture. I think it’s been too much overblown
and much too important. Let’s sort of relate this to other things. Now we know
that the family is not as strong as [it] used to be. It’s not as strong as an
educational element. The education that children got through the family was
much greater in earlier days than [it] is today. Yet the house as a piece of
architecture has become terribly important. It really wasn’t until the
Victorian times…But lots of civilizations have lived with the house being an
unimportant part, an anonymous part of architecture” (2). ¿Qué puede
esconderse detrás de esta sorprendente afirmación? ¿La casa NO es arquitectura?
"La casa NO es arquitectura".
La frase pesa como una losa, uno no sabe muy bien qué hacer con ella.
Posiblemente se trata de una provocación muy propia del contexto: los años 50
y los congresos del Team 10 suponen una profunda revisión sobre el paradigma
moderno del habitar, una reacción a la intoxicación de villas burguesas desplegadas
por el Estilo Internacional y su interpretación (tan solo parcial) de los dogmas
del Movimiento Moderno (6). Sin ánimo de enmendar a Saarinen, posiblemente sea más razonable expresar: “Arquitectura no es SOLO la casa”, dejando en blanco la página sobre la
que cada cual debe establecer sus relaciones e intereses, desplegar su idea
concreta de lo que significa habitar. En palabras de Oíza: “Si pones el peso en
el habitar, todos los instrumentos te parecen útiles, pero si el peso lo pones
en el propio instrumento, pues resulta que no sabes habitar porque el
instrumento decae cada día” (7).
NOTAS
(1) Antonio Román Asensio, Eero Saarinen: an
architecture of multiplicity, New York, Princeton Architectural Press, 2003.
(2) Ibídem. Declaración grabada en una
entrevista de 1958 realizada por el arquitecto John Peter.
(3) El arquitecto belga Henry van de
Velde (1863-1957) diseñaba no solo el mobiliario de sus obras, también el
vestuario, las vajillas y hasta los complementos más pequeños que habrían de
componer la escena del habitar.
(4) Alejandro de la Sota, revista
Arquitectura nº261, julio-agosto 1986.
(5) Mon Oncle, Jacques Tati, París (1957).
(6) El Congreso CIAM 10, celebrado en
Dubrovnik en 1956 se dedicó a los “Problemas del hábitat humano”, y vino a
constatar la crisis definitiva de esta institución (moderna) como consecuencia
de la contestación radical a los maestros por parte de los miembros más jóvenes
(Bakema, Van Eyck, Alison y Peter Smithson) agrupados en la organización
paralela “Team 10”.
(7) Francisco Javier Sáenz de Oíza,
entrevista con Vicente Patón y Pierluigi Cattermole, revista ON nº68 (1986).
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